
Castillo fue arrestado el 22 de mayo pasado en su mansión de Luján, como parte de un megaoperativo que incluyó más de 60 allanamientos. La investigación, encabezada por la fiscal federal Cecilia Incardona, habría revelado maniobras de lavado de dinero que incluyeron depósitos en efectivo por más de 33 mil millones de pesos en los últimos cuatro años, detectados a través del análisis de movimientos bancarios y escuchas telefónicas a su círculo íntimo, según señaló el portal Infobae.
Junto a Castillo fueron procesados Antonio Corrillo Torrez y Aldo Presa, administrador histórico de La Salada, por su rol como jefes de la organización. También quedaron involucrados como partícipes primarios su pareja, Natalia Luengo, su hijo Manuel, su suegra Nilda Arrieta y otros doce sospechosos, incluyendo a Guadalupe Presa, hija de Aldo. Según la causa, todos formaban parte de la estructura que operaba y explotaba los más de 6.000 puestos de venta de la feria.
Buscan a Antequera
La investigación también alcanza a Alan y Lucas Antequera, hijos de Enrique “Quique” Antequera, referente de la feria Urkupiña. Aunque ambos aseguraron ser simples empleados, quedaron detenidos tras el hallazgo de elementos clave en locales vinculados a su familia. El propio Antequera permanece prófugo, y su sorpresiva fuga generó sospechas sobre una posible filtración desde el ámbito judicial. La feria, mientras tanto, reabrió recientemente bajo un nuevo esquema de control que prohíbe la venta de productos falsificados.
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